El calor y sus efectos en las personas mayores

Con la llegada del verano llegan las altas temperaturas y la gente mayor es el grupo más vulnerable a la hora de sufrirlos. Con ellas llegan también los golpes de calor o hipertermia pues,  según los médicos, – su cerebro tarda más en adaptarse a los cambios de temperaturas. (*).

Las personas mayores no notan tanto las altas temperaturas por lo que no tienen sensación de sed. En consecuencia no siempre se hidratan bien cuando llega el calor y pueden sufrir deshidratación.

Si no nos hidratamos rápidamente perdemos la capacidad de sudar; La piel se vuelve seca y enrojecida, la temperatura corporal aumenta progresivamente hasta superar los 40 grados y así entramos en estado de hipertermia.

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Otra de las razones que hace más vulnerables a los mayores ante las altas temperaturas es la dificultad a la hora de reconocer los síntomas de un golpe de calor. La sensación de debilidad, de agotamiento, la confusión, la falta de sudoración o la piel seca que acompañan el proceso de deshidratación a menudo se confunden con “achaques de la edad” o con síntomas de otras enfermedades crónicas o del deterioro cognitivo de la persona.

 

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La doctora de nuestra residencia geriátrica en Barcelona aconseja:

  • La importancia de permanecer hidratado en todo momento y llevar siempre encima una botella de agua o un refresco que proporcione sales y azúcares que se pierden con la sudoración.
  • No exponerse al sol en las horas de más calor.
  • Mantener la estancia ventilada y fresca.
  • Comer fruta y verdura. Nos aportan líquidos y son ligeras.
  • No quedarse esperando en coches aparcados, ya que son lugares donde el calor se concentra rápidamente.
  • A la hora de vestirse evitar la ropa ajustada y escoger tejidos ligeros como el algodón y los colores claros. A poder ser llevaremos una gorra para proteger la cabeza del sol.

Siguiendo estos consejos estamos listos para hacer frente a los días de más calor del verano.

(*) Tenemos un centro termorregulador en el hipotálamo que regula la temperatura interior, y ese termostato está ralentizado en las personas mayores.

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